miércoles, 17 de agosto de 2011

Vuelve el toreo puro















Vuelve José Tomás y con él la versión más pura del toreo de las últimas décadas.

Retorna el diestro de Galapagar tras la grave cornada sufrida en tierras mexicanas y lo hace en loor de multitudes, con la prensa pendiente de cada movimiento y gesto del torero.

Bien es cierto que ya no estamos hablando de ese chaval de veintitantos años que mando a por tabaco a casi todo el escalafón pegapasista -por no decir al escalafón entero- a finales de los '90, pues su toreo, con el paso de los años, perdió hondura para ganar en emoción.

Aun así, con esta rémora, reaparece en los ruedos españoles el único toreo del actual escalafón capaz de llenar una plaza monumental varios días seguidos en los tiempos que corren; de los pocos cuyo toreo se basa en los preceptos de parar, templar, mandar y cargar la suerte. En definitiva: de los pocos que torean.

Ahora sólo falta que la suerte le acompañe, se le quiten los pájaros en la cabeza que le autolimitan a la hora de torear en ciertas plazas por causa de la televisión, y que de vez en cuando, en vez de lidiar los imprensentables borregos que llevan bajo el brazo las figuras -él entre ellas-, toree una corrida de toros digna de una plaza de primera.