Ante la alarma que puediera causar el principio del título del post, he querido matizarlo, no sea que alguno, llevado por la histeria, se plante delante de la iglesia/sinagoga/mezquita/*.* del barrio, se postre ante la puerta, y le dé gracias a su dios por el regalo divino recibido. Yo, como siempre, contribuyendo a la propaganda de la fe en todas sus facciones y variantes.
No llega a tanto la reacción que pudiera causar la noticia...pero casi.
Comunicáronme la noticia de un concierto para el pasado Martes, en el Campo de las Naciones de Madrid. Los artistas, unos imitadores de los míticos Pink Floyd venidos de lejanas tierras australianas, con muy buenas críticas en su haber, lo cual me convenció para soltar casi 40 eurazos por ver a unos perfectos desconocidos y adentrarme en un mar de dudas y recuerdos que jamás volverán, ya que la formación original del grupo inglés imitado el Martes, sufrió hace relativamente poco una baja irreparable: el gran Rick Wirght nos dejaba, llenándonos de pesadumbre y haciéndonos soltar una lagrimita por la muerte de un gran músico, con cara de buena gente y la imposibilidad de volver a reunir a los Floyd.
Pues tras cervecear con delectación unas horas antes en un bar sito cerca del teatro donde el evento se celebraba, entramos con la duda de si "Australian Pink Floyd", que así se llamaba el grupo, podrían llegar a ofrecer un espectáculo digno homenaje a tan afamado grupo. Y el envite lo ganaron... por goleada.
Sencillamente magnífico, mágico, cautivador...
The Wall enterito, más Time, The great gig in the sky, Brain Damage, Eclipse y Wish you were here.
Más de dos horas de música de alta escuela, espectáculo de luz, sonido y puesta en escena de categoría.
¿Qué más se podía pedir?. Pues que interpretaran la obra maestra, Comfortably Numb, como es debido. ¿Que eso se pedía?. Pues cumplieron, y con creces. Haría falta un Dave Gilmour en plena forma para alcanzar tamañas cotas de calidad interpretativa.
Así que tras el maravilloso espectáculo, a casita con una sonrisa en los labios.
Y aún había gente que se quejaba porque en la primera parte del concierto sólo habían tocado The Wall enterito.
Como en su día dijo Rafael "El Gallo", "Hay gente pa to". Y qué razón tenía el maestro sevillano...
Pues tras cervecear con delectación unas horas antes en un bar sito cerca del teatro donde el evento se celebraba, entramos con la duda de si "Australian Pink Floyd", que así se llamaba el grupo, podrían llegar a ofrecer un espectáculo digno homenaje a tan afamado grupo. Y el envite lo ganaron... por goleada.
Sencillamente magnífico, mágico, cautivador...
The Wall enterito, más Time, The great gig in the sky, Brain Damage, Eclipse y Wish you were here.
Más de dos horas de música de alta escuela, espectáculo de luz, sonido y puesta en escena de categoría.
¿Qué más se podía pedir?. Pues que interpretaran la obra maestra, Comfortably Numb, como es debido. ¿Que eso se pedía?. Pues cumplieron, y con creces. Haría falta un Dave Gilmour en plena forma para alcanzar tamañas cotas de calidad interpretativa.
Así que tras el maravilloso espectáculo, a casita con una sonrisa en los labios.
Y aún había gente que se quejaba porque en la primera parte del concierto sólo habían tocado The Wall enterito.
Como en su día dijo Rafael "El Gallo", "Hay gente pa to". Y qué razón tenía el maestro sevillano...
2 comentarios:
Jajajaja no sé yo si Andro es mucho de Pink Floyd pero cuando vea ese logo de canguros contarás con ella para el próximo concierto que den fijo.
Sigo pensiente de su posicionamiento en la guerra de las medallas.
Riveras Brothers vs Rest of the Bull-World ;-)
Maeglin ha dado en el clavo. Ha sido comprobar que el grupo en cuestión procedía de las Antípodas y ver su logo wallaby y ya se han ganado mis simpatías. Y si además dices que ofrecieron un buen espectáculo, mucho mejor, porque uno no siempre encuentra lo que espera cuando va a un evento de estas características.
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